¿CÓMO TRABAJAMOS LA SEXUALIDAD EN LA ESCUELA?
SITUACIÓN
DIAGNÓSTICA:
El
gran problema a enfrentar es la enseñanza y educación de la sexualidad. Más, si
tenemos en cuenta que es un tema nuevo que todos/as los/as docentes debemos
abordar, no siempre con la preparación deseada.
Además,
es un tema que socialmente ha sido tabú durante mucho tiempo, presentando
mitos, verdades a media y muchos temores.
La
institución escuela se muestra vulnerable ante el tema, por ello debemos buscar
fortalecerla.
Otra
realidad es la desmotivación de los/as docentes frente al tema, y los múltiples
cuestionamientos que plantean las familias, (que son la primera institución
educativa de nuestros/as estudiantes) y que deberían abordarla desde ese rol.
¿QUÉ SE
PRETENDE?
Abordar un tema nuevo en el programa y en
nuestras aulas, eliminando tabúes, y fomentando la participación de niños y
niñas en el mismo.
Para
ello se proponen los siguientes objetivos:
- Contribuir a la formación de un individuo crítico, responsable, autónomo en el marco de los Derechos Humanos,
- Enseñar a actuar con independencia de criterio y juicio crítico para analizar hechos, acciones, y opiniones, desarrollando actitudes de respeto y valoración hacia otra cultura y de solidaridad con individuos y minorías marginadas.
- Construir normas de convivencia, respeto por las diferencias, cooperación, solidaridad y participación.
- Potenciar la formación de un individuo participativo en el desarrollo de su sexualidad.
¿CÓMO
POTENICAR LA EDUCACIÓN DE
LA SEXUALIDAD EN
LA ESCUELA?
Es
necesario reconocer, estudiar e informar a los/as estudiantes sobre la
dimensión afectivo – psicosexual.
Porque
durante mucho tiempo la educación priorizó la socialización de los/as niños/as,
desatendiendo la dimensión afectivo psicosexual, (reprimiendo esta última).
La
educación como la psicología no tomaron las diferencias de género en el proceso
de desarrollo. Muchas generaciones crecieron sin recibir orientaciones claras
sobre lo que acontecía con su cuerpo. La tecnología, los medios de comunicación
envían estímulos con mensajes sobre sexualidad, que muchas veces los adultos
desconocen.
Desde
finales del primer año niños/as logran la marcha de pie, y el desarrollo del
habla. Estas competencias permiten autonomía, hiperactividad, afán de exploración
y descubrimiento. Con el lenguaje designa objetos, personas, partes del cuerpo.
En
cuanto al desarrollo social y sexual, tres aspectos se destacan en los
comportamientos:
-
independencia
y rebeldía frente a su medio,
-
su
disposición y capacidad de aprender a avisar sus necesidades,
-
y
su capacidad de juego.
A
raíz del control de esfínteres anales, y mayor erogenicidad muscular, el
infante experimenta mayor poder sobre su cuerpo, sintiendo placer de retener o
expulsar los excrementos.
Se
definen los límites corporales (lo que está dentro y fuera del cuerpo); también
descubre lo permitido y lo no permitido.
Comienzan
a construirse los sentimientos de asco, vergüenza, pudor e ideales estéticos.
De
los tres años y medio al final de los cinco años, los infantes se incorporan
socialmente. Su pensamiento y lenguaje se amplía. El pasaje de la fase anal a
la fase fálica el erotismo uretral, asociada al placer en la micción e higiene.
Los/as niños/as a partir de las posturas que adoptan para orinar se inquietan
por entender las diferencias anatómicas entre sexos e intergeneracionales. La
expresión de estas inquietudes es lo que los adultos designan como “curiosidad
sexual”.
Es
frecuente en esta etapa:
-
juegos
de exploración mutua,
-
querer
entrar cuando alguien va al baño,
-
exhibirse
desnudos/as,
-
revisar
muñecos,
-
sacarles
la ropa.
Surge
la necesidad de conocer su origen. Necesita del adulto un lenguaje claro,
simple, y breve que se ajuste a sus inquietudes.
Los
niños/as buscan sus propias explicaciones y elaboran sus teorías de acuerdo a
los conocimientos concretos que poseen. En esta etapa se tiene un escaso
conocimiento del interior del cuerpo. A lo sumo del corazón, porque reconocen
sus propios latidos.
También
puede creer que los niños (bebés) sales por el ano (parto anal) ya que su única
experiencia de expulsión de contenidos internos es por este medio.
Los
adultos no siempre pueden ofrecer respuestas, el uso de material educativo
puede favorecer el intercambio entre padres e hijos.
En
la etapa escolar entre los seis y doce años, también llamado período de
latencia: el desarrollo del superyo, instancia psíquica que adecua el accionar
marcando lo que “no se debe” (conciencia moral) y lo “que se debe hacer”
(ideales del yo), instaura en el yo la capacidad de observación.
Se
nota un cambio en la conducta sexual, no se muestran desnudos, ni tocan sus
genitales públicamente, piden privacidad.
Ahora
en los juegos desean diferenciarse, agruparse por sexo. En estos grupos van
desarrollando diferentes habilidades sociales, conforman creencias, construyen
valores, incrementan su autoestima.
Comienzan
las preguntas sobre diferentes procesos vitales y afectivos que los involucran.
Algunos autores señalan que la infancia se va acortando debido a la promoción
de conductas adolescentes desde temprana edad. Esto se puede observar en el
estilo de ropa diseñada para niñas de 7, 8, 9 años, o los modelos que proponen
los programas infantiles.
Se
potencia la educación en la sexualidad, si se brinda herramientas que permitan
contribuir en la construcción de la autonomía y desarrollo de la participación.
A través de los espacios de intercambios de
información, expectativas y temores se permite la superación de perjuicios y se
ayuda a verificar en la práctica educativa que los grupos sociales se componen
de individuos diferentes, por lo que interesa poder incorporar otros puntos de
vista.
Las
formas de trabajo colaborativas, y los juegos de roles que impliquen ponerse en
el lugar del otro, son ejemplos de prácticas que contribuyen a la construcción
de una educación que integre la diversidad y ayude a aceptar las diferencias.
La posibilidad de discutir sobre los derechos sexuales y reproductivos como
ejercicio de la libertad, pasará de la imposición normativa, al ejercicio de la
misma.
La
participación constituye un instrumento para el desarrollo de personas
autónomas, capaces de expresar sus puntos de vista, de poder argumentar con los
demás y desarrollar un proyecto de vida sin discriminación.
La
participación de niños/as, docentes, y adultos responsables en la comunidad
educativa, enriquece la función e institución escuela. La habilidad de
participación se adquiere luego de su implementación.
PARTICIPACIÓN:
-
como
derecho: como la facultad de los ciudadanos de involucrarse en el quehacer
social para influir en el devenir de su comunidad,
-
como
deber: como la responsabilidad que tiene la ciudadanía de participar en los
asuntos públicos,
-
como
mecanismo: como instrumento mediante el cual se pueden ejercer derechos y
deberes.
Las
habilidades para la vida favorecen actitudes y comportamientos de su
personalidad y maduración social adquiriendo valores que impactarán en su vida.
El/la
docente será el modelo de referencia, para lograr:
v
habilidades
sociales: comunicación, negociación, rechazo, confianza, cooperación, empatía;
v
habilidades
cognitivas: solución de problemas, comprensión de consecuencias, toma de
decisiones, pensamiento critico, auto evaluación;
v
control
de emociones: estrés, sentimientos, control y monitoreo personal.
Hay
que comprender que educar es parte de la noción de sujeto pedagógico, o sea,
que cuando partimos de la noción de sujeto, nos alejamos de la noción de
objeto, en la cual “depositamos” saber; por lo tanto, decir que es sujeto, es
decir que es autor y tienen autoría en su propia vida, teniendo derecho a
conocer para tomar decisiones en su propia vida. Parte de un vínculo que admite
tanto al sujeto que aprende como al sujeto que enseña, y nos remite a la
condición subjetiva y a la construcción de inter subjetividades, propias del
vínculo pedagógico.
En
la educación de la sexualidad, esto adquiere relevancia, porque no podemos
enseñar-la, ni transmitir-la, no podemos percibirla como una mera instrucción,
aunque sí podemos: acompañar procesos en los/as educandos/as, formar hábitos
saludables, promover cambios de conductas y actitudes, trabajar la autonomía y
brindarle herramientas para que sean libres de tomar sus decisiones.
Cada
maestro y cada maestra, con sus acciones, discursos, conductas y actitudes
intervienen directamente, (aun sin proponérselo de modo explícito), en el
proceso de desarrollo de quien está creciendo y que busca espejos en el cual
poder mirarse a sí mismo/a.
Hoy
en día se necesitan docentes entusiastas y apasionados en el ejercicio de su
actividad, convencidos/as que más allá de lo que expresen sus palabras, su
actitud encarne una vivencia feliz y saludable de su propia sexualidad.
ACTIVIDADES:
Ø
organización
de talleres informativos, con análisis de imágenes y/o graffitis,
Ø
presentación
de videos que permitan presentar y reflexionar sobre situaciones comunes que
atiendan a la diversidad de situaciones frente a la participación, rol de
género, oportunidades de brindar opinión, respeto de los derechos,
Ø
talleres
de discusión con planteo de opiniones diversas,
Ø
juegos
colectivos, donde se brinde una participación igualitaria en el espacio de
acción, sin discriminar por sexos,
Ø
dramatizaciones
con intercambio de roles,
Ø
juegos
variados: con tarjetas, puzzles, dominó, tableros para jugar con dados.
Ø
Además
se pueden incorporar visitas entre clases, por ejemplo las clases grandes
visitan a las más pequeñas, y viceversa.
ANEXOS: Se agregan aquí un par de
planificaciones concretas que pueden ser un ejemplo de cómo trabajarlo en un
grupo concreto.
PLANIFICACIONES
GRUPO: cuatro años, educación inicial.
CONTENIDO: la identidad de género: lo masculino
y lo femenino como construcciones sociales. Los roles en la familia.
OBJETIVO
GENERAL: contribuir a la
formación de un/a ciudadano/a crítico, responsable, autónomo/a en el marco de
los Derechos Humanos.
OBJETIVO
ESPECÍFICO: potenciar los
roles de los individuos dentro de un ámbito específico.
INTENCIÓN
EDUCATIVA: fomentar el
desarrollo de las identidades a través de los juegos de roles.
ESTRATEGIA: se empleará el juego como actividad
motivadora de cada jornada.
DESARROLLO:
- Inicio de la clase ubicados en círculo, el/la docente propone jugar una ronda conocida “arroz con leche”.
- Luego de realizada un par de veces, se cuestiona a los/as estudiantes con la letra de la ronda: “que sepa coser”… ¿quién cose la ropa en tu casa?, ¿quién más lo podría hacer?, “que sepa abrir la puerta”… “que sepa planchar”, ¿quién realiza esas actividades en tu casa?, ¿quién más las podría hacer?
- Culminada la instancia oral de preguntas y reflexión sobre las actividades que realizan en el hogar, se les propone el análisis de un dibujo…
- semejanzas y diferencias, siempre dentro de los roles que cumplen los integrantes de esa familia, teniendo en cuenta su género.
- Se fomenta la discusión en el grupo…
- Estimular en los/as estudiantes, las oportunidades que cada uno tiene de desarrollar su rol en su núcleo familiar.
- Culminada la actividad oral, se propone a los chicos/as jugar nuevamente la ronda, pero con una cambio en su letra:
Arroz
con leche
Me
quiero encontrar
Con
amigos y amigas
Para
ir a jugar.
Que
sepan correr,
Que
sepan saltar,
Que
canten y que
Bailen
para disfrutar.
- Evaluación, luego de jugar y de descansar, se preguntará de acuerdo a las actividades de la nueva letra de la ronda ¿qué actividades hacen niñas y cuáles varones? ¿todos/as pueden hacer todo/a?
- CIERRE: Reafirmar la igualdad de participación, y la aceptación a lo diverso.
Trabajo con adolescentes: se construyen unas 20 tarjetas con
textos que representen inquietudes, mitos y prejuicios de los/as chicos/as.
Sentados en rueda, se coloca en el centro un tablero con 4 casilleros para
poner tarjetas: verdadero – falso – prejuicio – según.
Se
lee cada tarjeta y los participantes discuten cuál es el lugar de esa tarjeta
en el tablero. Cada tarjeta es discutida por todo el grupo.
Ejemplo
de contenidos de las tarjetas:
-
los
varones tienen una vulva y dos testículos (falso).
-
La
mujeres tienen un órgano muy pequeño que se llama clítoris (verdadero),
-
Cuidar
los bebés es cosa de las mujeres (prejuicio),
-
Si
uno quiere puede mostrar sus genitales a un adulto (según)
Conversar
con ellos y discutir cada una de las tarjetas al ser colocadas, brindar
ejemplos, sobre todo cuando se presta a la duda en “según”.
Luego
de realizada la primer actividad, se les
lleva a una instancia personal mediante interrogantes que se contestará en
forma individual:
-
¿a
quién planteas tus inquietudes?,
-
¿con
quién te gusta compararte?, ¿por qué?,
-
¿en
qué momento de día hablas con tu familia?...
Esta
segunda actividad nos permitirá tener insumos para continuar trabajando con los
adolescentes, seguir brindando información y conocimiento, pero también
hacerles reflexionar sobre sus responsabilidades, elecciones y posibilidades, y
que se responsabilice por las opciones a tomar y/o tomadas.
Evaluación: luego de desarrollados los talleres,
en distinto momento, la evaluación es sumativa – formativa. Se va evaluando
durante los talleres, nos permite hacer un sondeo de los intereses y
problemáticas de cada grupo, además,
conocer planteamientos de cada integrante de los equipos, canalizar
energía y esfuerzos, sabiendo que es una etapa en la que debemos acompañar los
cambios, eliminar tabúes, evitar adquirir problemáticas de la sociedad por no
reconocer que se debe dialogar, acompañar, y guiar al adolescente.
BIBLIOGRAFÍA:
Ø
Programa
de Educación Inicial y Primaria, 2008, ANEP.
Ø
Groisman
Claudia – Invertí Julieta, 2007, “Sexualidades y Afectos”, Buenos Aires, Lugar
Editorial.
Ø
Topolanski
Ricardo, 2007, “Sexo Seguro. Sexualidad Plena”, Montevideo, Arena.
Ø
Enciclopedia
de la Sexualidad,
1998, Tomo I, Barcelona, Ed. Océano.
Ø
Cerruti
S., 1990, “Sexualidad Humana. Aspectos para desarrollar docencia en educación
sexual”. OPS, OMS.
Ø
ANEP,
Cerruti S., 2007.”Educación Sexual: su incorporación al sistema educativo”.